Publicada en La Hora el 11 de octubre de 2012
El coronel ganó el domingo y el otro dice que su ‘doña’ ya le deja lanzarse de nuevo. El amiguito del altiplano también anda comiendo perdices, en Nicaragua hay otro ser feliz y en Teherán hubo fiesta. Todos a brindar en La Habana. Mojito pa’todos, chico, que Cuba libre no hay.
Venían retrasando la decisión del rey para ver si le apetece otro periodo. Tremenda coincidencia que se diga que hay la venia de la familia real, dos días después de que el rey de los llanos se asegure el trono por seis años más. Ahora dicen que el 10 de noviembre podrían hacerlo oficial. Tic tac. Ya se vino también el paquete regalón: 50 de los verdes en el bono.
Entonces, si nuestros amigos en el norte de la Gran Colombia decidieron aguantarse otro período más, eso si es que creemos que los resultados son reales, no resultaría descabellado que los compañeritos de acá del sur hagamos la misma jugada. Ahora que la ‘doña’ le ha dicho bueno, parece todo claro. La dama extranjera acaba de dar un paso fundamental en el futuro del país. Si bien no ha intervenido durante el ejercicio de su esposo, su aval en esta ocasión representa para los ecuatorianos la certera posibilidad de andar en las mismas por cuatro años más y quién sabe más y más.
O sea que es posible que aún carguemos la espada de Bolívar sobre nuestras espaldas por algún tiempo. La espada del Bolívar que ellos crearon, no la del Libertador.
Entonces hay que ponerse a pensar en serio cómo viviríamos en ese escenario. Donde luego de las elecciones, las fuerzas de seguridad buscan la forma de quitar ‘lanata’ que pueda quedar sobre la victoria.
Habrá gente feliz, en especial personas como el huésped suquito de nuestra embajada en Londres y su amiga Gaga. Estamos en el top del jet set. Otros, en cambio deberán seguir aferrándose a los árboles hasta que esta tormenta pase, vuelva la democracia y el cariño entre ecuatorianos.
Bolita de cristal no tenemos, pero sí hay un espejo made in Caracas. Espejito, espejito, ¿cómo será nuestro futurito? Cónchale, vale, no me gusta lo que veo. Hoy, una vez más, espero equivocarme.
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