martes, 23 de abril de 2013

Se llevan mi helicóptero



Publicada 7 de febrero de 2013 en La Hora 

Yo no sé si en alguna cadena de esas de la Secom me mandaron escopolamina digital, pero lo cierto es que a mí no me han hecho firmar nada para permitir que usen mis cosas.

El otro día fui a buscar mi helicóptero militar y me dijeron que un señor se lo había llevado para filmar un video electoral, uno en el que asoma dizque paseando en bicicleta. Pregunté si la bici también era mía y no me supieron responder.

‘Chugta’, me dije, ‘se llevaron mi helicóptero que harto billete me costó y a mí nadie me pidió autorización’.

Luego me fui a Loja y quise ver dónde estaban mis camionetas. Como 15 que había comprado para que trabajen en la provincia. “Tan en la Gobernación”, me explicaron. Y no van a creer que las encuentro parqueadas mientras les sacaban las placas. Iban a participar de una caravana de recibimiento al mismo Don que se había llevado mi helicóptero.

Habla serio. Ya me empecé a molestar. Por preguntar me señalaron con el dedo y me dijeron: “Quieto, Guamán, que te enjuicio”.

En Manabí averigüé por mis grúas eléctricas. “Están haciendo instalaciones”, me comentaron. ‘Bien’, dije, ‘para eso mismo las compré’, pero ya no le encontré el chiste cuando las vi, sí, instalando, pero instalando pancartas con la cara del caballero que se me había llevado mi helicóptero, mis camionetas…

Entonces me puse a averiguar quién era este señor y resulta que lo había contratado en 2007. No solo yo, sino millones de ecuatorianos. Su trabajo era poner a funcionar los bienes de todos, para el bien de todos. Sí, de todos, no sólo de todos los que le caen bien.

‘Tons’, ahí fue cuando pensé que en un ataque ‘burundango’ de sabatina me habrían hecho firmar un permiso para el uso alegre de mis cosas o, por el contrario, había puesto mi rúbrica en alguna carta de desnaturalización y esos bienes ya no me pertenecían.
La plena que no sé cuál de las dos opciones será la cierta, pero la próxima está de ver bien las carpetas de quienes contratamos. Digo, no más.

No hay comentarios: