martes, 23 de abril de 2013

Chávez (+)



Publicada el 7 de marzo de 2013 em La Hora 

No importa cuántos poderes tengas, la muerte llega. Sin importar que te voten millones a ciegas, la muerte llega. No hay ser humano que escape del juicio de la vida, del momento fatal en el que se apaga la luz y se cierra el telón. La muerte llega y solo después, los que se quedan evalúan la situación.

Algunos tratarán de arrancarse a empujones lo que dejó el difunto, otros lo llorarán con profundo dolor y otros celebrarán en su secreta intimidad la partida. Sea cuál sea la reacción, a esos que se quedan, la muerte también les llega.

Ahora saquemos a limpio. Tras 14 años de poder, Hugo Rafael Chávez Frías deja una Venezuela para unos más soberana que nunca, para otros un país en el caos y con refrigeradoras vacías. Algunos dicen que el Comandante dejó un país inclusivo, otros creen que el crimen es dueño de las calles de Caracas. Unos dicen que Chávez es casi un dios y le rinden culto con lágrimas en los ojos, para otros está más cercano a la figura del diablo y su infinito rencor.

Lo único que parece que queda claro es que el inmortal ha muerto y su pueblo se observa dividido. Los ojos del mundo se posan sobre Miraflores, para ser testigos de cómo los deudos del poder buscarán mantenerse entre los algodones. Habrá que ver también cómo la oposición buscará hacerse del poder.

El cáncer es un padecimiento que enferma al entorno del paciente. En los comunes y corrientes, son los familiares los que suelen llevar el peso de la tragedia y el círculo íntimo termina el proceso adolorido, agotado, entristecido.

El círculo íntimo de Chávez era su pueblo y así finalizó este proceso. Con una sociedad dividida, agotada, enemistada. Un pueblo que tuvo que soportar las angustias del secretismo oficial, de las especulaciones, de la zozobra. Un pueblo que se pasaba frente a los televisores, con el oído en la radio, repasando los diarios, esperando noticias de su Presidente, tal como quien espera al pie de la cama del enfermo, alguna migaja de verdad.

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