Publicada en La Hora el 3 de enero de 2013
Buenos días, amiguitos y amiguitas. Nos complacemos en anunciar que desde mañana viviremos el fantástico mundo del circo. Así es, el gran circo electoral ha llegado para entretener y maravillar. Ocupen su localidad.
Veremos atracciones de otro mundo. Tendremos a un señor Vidrio con la espectacular cualidad de sacar capítulos del Rincón del Vago y salirse con la suya. Mágicamente aparecen textos ajenos en una tesis de grado, ante el asombro de propios y extraños.
Veremos el retorno de un hombre todo 3 que se juega la vida en la jaula de los hambrientos leones con sus encuestas de carne y hueso en mano. Su asistente es una guapísima rubia, de la que se dice, nunca se ha escuchado su voz. Además, veremos a un comediante gigante que nos preguntará: ¿Pasa algo? Es uno de los Vivos que pegan el magistral salto desde la pantalla de televisión.
Tenemos al doble de Danny DeVito por quinta vez en escenario. ¿Será que logra saltar de un trampolín a otro sin caer en la piscina de voraces cobradores tributarios? Adquiera sus entradas que se agotan. Informes aquí y más allá.
Prepárense porque lo que van a ver y oír es el maravilloso mundo de la propaganda oficial, donde existen proyectos fantasía y se le lanzan cuchillos a la libertad. La habilidad de nuestros cuchilleros, ambos hermanos, es conocida hasta en los lejanos parajes orientales de las chifas de Quevedo.
No faltarán las exestrellas del deporte que recorren el país en los camiones del circo. Veremos cómo gambetean las más complicadas preguntas de la prensa malvada.
No veremos mujeres barbudas, supongo, pero sí algunas testarudas, que se lanzan por otra dignidad, después de presidir comisiones para olvidar.
Esperemos que el hombre bala no aparezca en la función, echando tiros a mansalva. A ese lo despedimos. Dicen que ha conseguido trabajo en la frontera norte, donde el señor Luna “nunca ha estado”.
No se pueden perder este apasionante espectáculo que dejará a más de uno con la boca abierta. No permita que se lo cuenten, véalo usted mismo con la autorización del CNE número ¡vaya usted a saber!
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