viernes, 5 de octubre de 2012

Soy socialista mi pana


Publicada el 6 de septiembre en La Hora

Soy un socialista a más no poder. Me encanta socializar, pero solo con mis panas, mis ‘shuntas’, mis llaves. Con estos socializo y hablamos de la revolución socialista. Pero cuando tengo tiempo, me doy un salto por Miami para descansar de tanta socialización y me busco una socia para gozar pepa en la ‘beach’.

Soy tan socialista que tengo a mis hijos en colegios de bandera gringa. ‘Simón’, aquí entre nos, eso de decir que la educación pública es brillante es pura lámpara. Es para que digan: “Qué bestia, qué socialista ese ‘man’”. Pero a la hora de hablar la plena, mando a mis pelados al cole más pelucón. Pero no hagas lámpara, que como soy socialista te meto al tarro solo con una llamada desde mi iPhone.

Soy recontra que socialista. Ando en Porsche Cayenne y me vacila pasarme el límite de velocidad ¿sí muerdes? No me importa ni el pico ni la placa. ¿No ves que soy súper que socialista? Lo más pepa del socialismo que yo vacilo es que la cadena de oro que me cargo la paga el pueblo. Mientras haya plata ajena, este socialismo pega. 

Vacila darle poder a los grandes supermercados, ¿no ves que la gente va ahí cada sábado y socializa la bola, ñaño? Todos salen socializados, socialistas. Así dicen que hay que ser pa’que la gente se caiga con su voto. Pues, ‘brother’, ponte pilas, hazte socialista. ¿Sabes dónde más se socializa belleza? En la fila del banco pues, mi llave. Por eso en este socialismo hay que darle harto billete a la banca pa’que la gente vacile en la fila. ¿No te digo? Pepa de socialismo, verídico, mi ñaño. Cuando se acerquen más las elecciones, compadre, ahí sí hay que esconderse el Rolex. No porque no nos quede fino, sino porque ahí toca darse de socialista vieja data. Toca andar por el recinto pisando lodo, mi hermano, y de tanto abrazo te bajan el Rolex y al carajo el socialismo.
Yo no voy a ser socialista sin buena cachina, pues, ñaño, habla serio, ni que fuera “gil del perejil”.  Extracto de una no tan inverosímil conversación entre dos ilustres representantes del Socialismo del Siglo XXI. ¡Hasta la victoria siempre!

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