jueves, 6 de octubre de 2011

Madres, odio y silencio



 Columna publicada en La Hora el jueves 29 de septiembre de 2011


En Quilanga, en Ibarra, en Santo Domingo, en todo el país las madres lloran, abrazan fotografías.  Ya no quieren comer, se olvidaron de sonreír. Entregaron a sus jóvenes hijos al Estado con el cuerpo inflado de orgullo. Con ilusión los vieron irse su primer día con un uniforme policial, bien peinados, con una bendición materna y un cariñoso hasta luego. Allá iban los héroes familiares, los hijos ejemplares. Hombres convencidos en que al ponerse las botas servirían al país, a este Ecuador que se ha vuelto ingrato, manipulador, de olvido fácil.

En Quito montan tarima, organizan fiesta, gastan millones en propagandas oficiales. Las madres siguen llorando. Un año sin sus hijos, un año de vergüenza nacional.

Los periódicos preguntan ¿quién disparó? Preguntas incómodas, sin respuesta, que se hacen con temor. El 30-S es un asunto peligroso, cuestionar demasiado puede provocar la cárcel, la descalificación, el odio oficial. Cada palabra debe medirse al detalle, aunque el silencio pueda resultar más seguro. Un silencio donde están ahogadas las lágrimas de esas madres, donde también se ahoga la libertad, donde las balas pierden su resonancia ante el ruido de las campañas de mercadotecnia.

La oscuridad de este capítulo lo envuelve todo. Un día en que los ecuatorianos mostramos al mundo una imagen de un subdesarrollo tatuado, de una lucha interna enfermiza. Ecuador de odios, de dolor. Y en Quito: tarima y guitarra.

¿A qué hora se jodió el Ecuador? ¿Cuándo nació este horror? ¿Por qué nos odiamos? Si somos los mismos, los blancos, los negros, los indios, los montubios. Todos comemos de la misma tarrina y lloramos por la misma tierra cuando estamos lejos. Somos del mismo pasillo, del mismo volcán, del mismo monte y nos bañamos en el mismo mar. Tenemos la misma cédula y nos reconocemos  hasta en la Luna, pero ahora nos odiamos en casa. ¿Quién escondió el sentido común? ¿Quién ha sembrado el odio? Silencio...

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