martes, 24 de enero de 2012

Cifras de serpentinas


Columna publicada el jueves 19 de enero de 2012 en La Hora

El Gobierno anunció que 650.000 personas salieron de la pobreza el año pasado. Cuánto me alegro. Ojalá que para este 2012 sea el doble. Hasta ahí todo bien, aplausos. Como es de esperar, los medios  del Gobierno llenaron la cifra de luces de neón y quien diga lo contrario corre el riesgo de salir en el sketch presidencial del amargado de la semana.

Pero bien, analicemos. Todos nos enteramos de la parranda de Cuenca.

Sí, esa del Gobierno, esa de los cinco años de la Revolución Ciudadana.

Guitarra, discurso, besos y abrazos. Ahí, en el clímax de la fiesta se dijo que eran 900.000 los que habían abandonado esa nefasta realidad de pobreza. Todos aplaudían, lloraban, chupaban, pedían reelección. Pero, ¿cómo? Tres días después la Senplades dice que son 650.000. En la portada del diario del Gobierno ‘El Ciudadano’ dice clarito que son 900.000. ¿Se nos chispoteó?

Pero no hay que ser mala fe, solo es un pequeño error del 28%, unas poquitas 250.000 personas.  Solo hablamos de 26.914 seres humanos más que Portoviejo (223.086 según el Censo 2010). Un error de cálculo, un desliz de año electoral  y de fiesta oficial.

Pero, vamos a la siguiente perla.  Para las  estadísticas de los poderosos, salir de la pobreza representa tener más de 72,8 dólares al mes. Si se tiene 73, ya no se es ‘chiro’. Algún técnico me calificaría de ignorante al no saber que ese es un estándar internacional. Pues bien, será el sereno.

Supongamos que esa persona que abandonó las estadísticas con 73 dólares en el bolsillo es un soltero y sin hijos. Cada día tiene 2,43 dólares para sobrevivir. Pero, ojo, ya no es pobre, el que tiene 2,40 dólares sí lo es. Vamos a desglosar esa realidad: 1 almuerzo: 2 dólares; 1 pasaje: 0,25. Nos quedan 18 centavos, ya no hay pasaje de vuelta a casa, peor una merienda. Nos queda para un ‘bolo’ e irlo chupando hasta el hogar, si es que no se vive bajo un puente. La buena noticia: cuando nos atrape el ladrón, nos encontrará sin un centavo.

Si dicen que  este Gobierno lo reinventa todo. Si es el Adán de las cifras, empiecen por buscar nuevas fórmulas de cálculo y echen menos serpentinas. 

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