NOTA: Nota redactada por mi sobre la rueda de prensa de Andrés Calamaro en Quito la noche del 22 de octubre.
Lleva más de 32 años haciendo música y dice que la fama no le pesa, que suele aparecer y desaparecer. Que hay días en los que se hospeda en los mejores hoteles, donde incluso le cuesta trabajo encontrar el baño, y otros en los que camina por las calles sin que nadie lo regrese a ver.
Lo cierto es que es un ícono del rock latinoamericano. Andrés Calamaro vino el miércoles a Quito desde Colombia, donde dice haberse sorprendido por la acogida, pero lo que más le impresionó fueron sus tocadas en México, donde nunca había estado y encontró “un público conocedor y profundo”. En lo que discrepa con la prensa mexicana es que tener 47 años no es tener casi 50, sino tener casi 45.
Hoy se despide del país y viaja a Perú y Paraguay, para luego estar en Houston en los Grammy Latinos, donde dice que intentará robarle un Grammy a Juanes, “aunque parezca imposible”.
Avalancha de pop sobre los oídos
Ante la maquinaria comercial que hace del pop una mercancía cotizada y penetrante, Calamaro dice no estar seguro de lo que es en realidad el pop, lo si sabe a ciencia cierta es que el rock siempre va a existir. “El rock sobrevivirá siempre porque es auténtico y por eso la gente lo elije. Es un género que nos da más”, dijo en Quito, 24 horas antes de su presentación de ayer en el Coliseo General Rumiñahui.
Dice que cuando piensa en pop, se le ocurren una combinación de colores más que música. “A veces esa palabra me molesta, prefiero no opinar hasta que la Real Academia de la Lengua no se defina sobre su significado”, dice riendo con una bufanda rosada, una chompa de cuero y gafas al estilo ‘Ray Ban’.
La Lengua Popular

‘El Salmón’, como también se lo conoce, asegura que no le gusta cantar de la misma forma una canción.
Una mirada a Los Rodríguez

¿De dónde vienen sus ideas?
Cuando la gente escucha sus canciones, se sienten convocados a un bar, a discutir del amor, la vida y la joda, todo alrededor de una copa y un cigarrillo. Sin embargo, Calamaro no compone en ese ambiente, asegura que la inspiración le llega tocando. “Alguna vez le preguntaron a Bob Dylan si primero le llega la música o la letra y él respondió que difícilmente no llegan juntas. No se si eso dijo o alguien me mintió”, dice con una voz entrecortada, como analizando cada sílaba. Bienvenido Salmón…
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