Una de las facilidades que da el periodismo en internet es que los errores pueden
ser corregidos al instante, mientras que las equivocaciones de papel duran 24 horas y hay que aguantarse un día con el lío, las llamadas, las cartas. 24 horas de malestar en toda la sala de redacción.
Yo soy editor de La Hora y reconozco los errores como un ejercicio de autocrítica y a pesar de no haber sido mío directamente, es importante ponerlo a consideración.
El sábado 23 se realizó en Quito una manifestación de quienes apoyan el proyecto del presidente de Ecuador, Rafael Correa, y manifestaron su decisión de votar por el Sí en el referéndum que aprobará o descartará el proyecto de constitución redactado por la mayoría gobiernista.
Sin embargo, el editor de turno, con diferencias marcadas con el proyecto de Alianza País, escribió en primera página ‘BASURA EN LOS SHYRIS’ (Los Shyris es la avenida donde se produjo la manifestación). Si bien es cierto que la ciudad y principalmente esa vía quedó hecho un asco por la basura que dejó la gente, el titular mostró una segunda intención bastante baja y totalmente injustificable.
Si bien el Presidente ataca constantemente a La Hora, los periodistas no podemos responder sin responsabilidad, llevados por bajas pasiones y caer en el juego del poder. Las radios ‘vendidas’ al Gobierno no dudaron en dedicar largas horas para desprestigiar al diario y lo único que se logró es aparentar que ante el populista e irresponsable lenguaje presidencial, el medio sigue el mismo camino.
Ojo, más tranquilidad a la hora de publicar en momentos de calentura política. Es permitido tener inclinaciones ideológicas, pero los diarios no son pasquines políticos. Hay que escribir con la cabeza, no con el hígado.
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