lunes, 16 de agosto de 2010

Televisión: La Pelota de Playa


El director italiano Federico Fellini creó a Paparazzo y la prensa se ha encargado de crear un monstruo. El genio Fellini dio vida al personaje de un fotógrafo en la película La Dolce Vita que buscaba imágenes de los famosos. Pero la industria de la información ha dado vida a un Frankenstein, los reporteros gráficos de la prensa rosa.
Todos saben lo desagradables que pueden llegar a ser estos mosquitos –la palabra paparazzo quiere decir mosquito en el dialecto italiano del pueblo natal de Fellini-, pero también hay que reconocer que siempre estamos echando un ojo para ver con quién anda la última estrellada fugaz de la farándula. Si eso sucede en las redacciones de los llamados medios serios, hay que imaginar que pasa en las casas, cuando las vecinas se visitan para un café con lengua.
Pero lo preocupante es el contagio, la pandemia del morbo y de la superficialidad. Para eso no hay más vacuna conocida que volver la mirada a los principios de un periodismo de pies de plomo, de vista de águila, de curiosidad insatisfecha, de profesionalismo.
A montar guardia. Así como se veía a los fotógrafos esperar horas para captar la imagen de la diva semidesnuda acariciándose con el jardinero, ahora las manadas de camarógrafos esperan a los políticos. Todos quieren la misma imagen, todos quieren las mismas respuestas, todos quieren ser aplicados miembros de la escuelita de la declaración, del reporto lo que interesa a la fuente, del alfombrismo.
El pasado lunes fui asignado a recoger las declaraciones de un político del Partido Socialista de Madrid (Tomás Gómez). Llegó a las 09h00 y no quiso hablar. Perfecto, está en su derecho. Lo que me provocó convulsiones cerebrales fue que recibí como orden de importancia mundial que había que esperar en la puerta del edificio del partido hasta que el caballero salga. No me quejo de que haya que esperar bajo un sol de 36 grados en la Gran Vía de Madrid, el periodismo no es de cojines plumas de ganso. Lo triste era ver a todos los medios gráficos esperar ahí, a que un político de medio pelo se digne a bajar. Bajó, nueve horas después, no dijo nada, está en su derecho. La culpa es de la prensa, que se deja insultar, que permite que la utilicen. Al día siguiente estaban todos esperando al mismo individuo en otro punto, para captar la imagen vacía de fondo, llena de color, como una pelota de playa.
Y ya en la redacción, los noticieros llenos de aire. Cuando se pregunta, dicen que el periodismo de profundidad en televisión solo quedará en manos de los medios públicos (algo que me provocó un carcajada seguida de una profunda tristeza, al pensar en que el periodismo de profundidad quede como responsabilidad de los medios públicos de Ecuador, altavoces mamarrachos del poder). Esa idea es realista en España, donde escuché ese comentario y donde la televisión privada ha preferido salir a la calle a reportar cómo la gente compra las zapatillas de moda, como la gente dice “ufff, que calor que hace”.
¿La tele debe quedar para el entretenimiento? Dios nos libre, no nos dejen en manos del Pulpo Paul.

jueves, 5 de agosto de 2010

El Mundo: Una de sus perlas... olé

Cataluña, uno de los motores económicos de España y cuna de un independentismo muchas veces justificado, otras muchas politizado y algunas otras prostituido, ha prohibido, como todos saben, las corridas de toros. Bueno, no vamos a hablar de eso, no es la materia que nos ocupa y si en siglos España no ha resuelto sus diferencias internas, es absurdo, absurdísimo, pensar que en este blog lo lograremos.
Sin embargo, al día siguiente de la decisión del Parlamento Catalán, El Mundo, el segundo diario de España, sacaba a la calle esta portada.
Me permito hacer una breve explicación, por si alguno de los lectores que entra en este espacio -a veces por equivocación, otras por aburrimiento- no es español, como yo. La iniciativa fue iniciada por una supuesta lucha para evitar el sufrimiento de los animales, pero fue asumida como una herramienta política por los catalanes, más bien una revancha, por el rechazo del Tribunal Constitucional al Estatut de Catalunya, documento que buscaba más autonomía.
El Mundo, periódico de derecha (allegado al Partido Popular, tienda política que siempre las ve negras en esa zona de España) sacó al día siguiente la foto del presidente y vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, el gobierno autónomo de esa región. No hacen falta más explicaciones. Aquí una portada para el recuerdo.