lunes, 26 de marzo de 2012

Bienvenidos


La Hora 22 de marzo de 2012

Suena el rondador y el caracol. La capital escucha el cantar shuar, el grito andino, la voz del maestro y el rechazo estudiantil. Quito lo vive, lo merece, es capital. Quienes vivimos aquí, quiteños de nacimiento o de recibimiento,  podemos o no estar de acuerdo con la lucha de estos visitantes, pero debemos aceptar su llegada.  Pase nomás, mi casa es su casa. Lo que pasa es que Quito no solo es de nosotros los quiteños, es de todos.  Como también es de los capitalinos el Pangui, Galápagos, la punta del Cotopaxi.

Pero no. Ahora resulta que Quito ya ni siquiera es de quienes vivimos aquí, sino de los que habitan Carondelet. Para los que acampan con verdes bolsas de dormir sí hay cancha. Venga nomás, ponga su carpa en plena Plaza Grande. El central emblema de Quito convertido en una gobiernista cama general. Disculpará señor turista, así es nuestra realidad. Venga cuanto bus revolucionario desea, sin importar salvoconductos.

Mientras a los otros nada de permisos para trepar en autobús, bájese del carro en Machachi carajo. Amenazas de que no hay permisos para marchar. El mismo Presidente anuncia que su contramarcha está lista, que son un ejército, miles, que más vale que se escondan bajo el poncho y vuelvan por donde vinieron. A esto le sumamos la infaltable dosis de publicidad atosigante, de cadenas, de más ‘bla bla bla’.    

No he visto a un indígena lanzar una piedra, pero ya los acusaron de golpistas, desestabilizadores, manipulados y hasta borrachos. ¿Borrachos? Recordemos cómo quedaron los alrededores del estadio de Cuenca luego de la fiesta de los cinco años de la tan cacareada revolución. Mares de botellas, gente alcoholizada. Basta de poner letreros a todo mundo, de estigmatizar,  de ocupar mecanismos arcaicos para debatir. Los manipulados por el alcohol, parecerían ser otros. Suena a desesperación. Podemos o no estar de acuerdo con el tema minero, ser o no coidearios del MPD, podemos estar o no hoy bajo la falda del poder. Lo importante es aprender a respetar. No lanzar encima de cualquier disconforme una balacera de descréditos, de artimañazas. Cansa tanto rencor.

Anafilaxia alvaradiana


La Hora 15 de marzo de 2012 

¡Pi, pi!, quitas la alarma al carro. ¡Run run!, lo enciendes. En contados segundos suena la radio y dale a la cantaleta. Que la revolución por aquí, que ‘El Universo’ por allá, que el 30-S por más acá, que de desestabilización indígena por ahí. Cuña para todo.

Entonces, a cambiar de radio a cada momento para evitar un shock anafiláctico, por consecuencia, como dicen los manuales médicos, “de una reacción alérgica exagerada”.

Pero ya no se sabe qué resulta más riesgoso, si andar cabeza abajo dándole al botón del radio para buscar cualquier música chicha, noticiero, programa farandulero, y así evitar la descarga de Alvarado, pero corriendo el riesgo de terminar en los bajos de un camión estacionado; o el mismo shock anafiláctico.

Esta reacción inmunológica del ser humano, peligrosísima por cierto, se da ante la ingesta de alimentos, medicamentos y de picaduras de insectos. Podría matar. Es que, claro. Te da un shock de tanto comerte..., de tanto sedarte para no escucharlo o por la picadura de un mensaje publicista hemorrágico.

Entonces escuchar un mensaje ‘carondeletiano’ cuando se está tras el volante se ha convertido en algo de vida o muerte, como he demostrado científicamente. Deberían por lo tanto, organizar con urgencia batidas policiales donde se utilice un aparato al que podríamos llamar ‘alvaradímetro’. “Sople aquí señor. Carambas, usted ha estado alvaradiando y ya no está en condiciones de conducir, caso contrario puede sufrir una anafilaxia o sufrir un accidente”. “Arreglemos”, para no perder la ecuatorianidad.

Millones de conductores estamos a merced de esta amenaza y buscamos al ‘Capi’ Zapata, hoy creo que ya Coronel, para iniciar con urgencia una campaña de ‘No más alvarados en las vías’. Por el bien de todos, piensen en los niños. Caso contrario, para evitar la reacción alérgica de quienes no hemos sido vacunados por los poderosos, tendremos que conducir cabizbajos, no por alguna tristeza que nos acongoje, sino por buscar una emisora dónde descansar en el dial. O ahora que lo pienso mejor: ¡Qué viva el Ipod!  

Ojo con el más ‘cabriles’

La Hora 8 de marzo de 2012

¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde? ¡Carajo! ¿Cómo se avispó el gallinero?  ¿A qué hora se me alborotó el rancho, sargento Galito? ¿Mientras guitarreábamos o mientras nos bronqueábamos con todititos? 
Hay que hacer lo mismo pero más a lo bravo ¿Que no hay de dónde sacar las masas? Eche mano de los sánduches. No, no de la masa de los sánduches, sino que repartas sánduches  para convocar a las masas.

¡Carambas! Ya se nos vienen, vienen caminando, están medio bravos. ¿Qué piden? ¿Democracia? Diles corruptos ¿Piden agua? Descarados, si tenemos la Costa llenita de agua hasta el cuello. Caretucos, sinvergüenzas. A los nuestros nada de agua, colitas para acompañar el sánduche. Ahí en la bodega hay camisetas desde septiembre del año pasado. Siga no más, la patente está en trámite.

Afine la guitarra, sargento, que nos va a tocar echar trova todo el mes. Sí, esas canciones de lucha, esas que hacen llorar, las típicas, nunca fallan. Arme la tarima y dígale al vecino del otro lado de la plaza que nos deje tenerla ahí todo el mes. Bueno, solo dile que yo lo digo y  el man se queda sumiso, no le conviene hacerse el bacán. Más bien invítalo al baile y pregúntale si no puede llenar algún busecito furibundo.
Ponme a Huguito al teléfono. Hay que preguntarle cómo hacerles frente a estos, no vaya a ser que me salga alguno bien ‘cabriles’ que me tumbe el negocito. ¿Qué está enfermo? Carajo.

Es que nadie puede ser más ‘cabriles’ que yo. Se me amontonan todos. Diles montoneros. ¡No!, cierto, esa palabra es de las nuestras, porque yo lo digo, no ves  que soy igual de ‘delgado’ para usarla a mi antojo.
Tengo un ‘carrasco’ en la garganta, no vaya a ser premonición, fíjate bien que no haya moros en  la ‘acosta’. Que luego no digan “qué bien ‘lucio’ la marcha”. No debe verse bien, pide una campaña mediática para quitarles la idea de ese que dice ser ‘salvador’ en Zamora. No me gustaría ver cómo la marcha ‘escala’ en las encuestas. Si no me haces caso, ‘tibán’ a pasar factura.  Verás que yo no me llevo ‘conaie’ que no sea de mi gallada. Ojo, hay que estar pilas con el que ande  ‘cabriles’, que se nos vuele ‘capriles’.

viernes, 2 de marzo de 2012

Nuesto peliculón





Columna publicada en La Hora el jueves 1 de marzo de 2012


La semana empezó con la premiación de los Óscar. Mucho glamour, millones de telespectadores, harto billete hollywoodense en implantes y desplantes. La industria en todo su esplendor.


Al parecer la fiesta del séptimo arte no terminó y los ecuatorianos la vivimos durante el resto de la semana. Una descarga magnífica de celuloide que culturizó nuestros ardientes corazones y nuestras mentes cada vez menos lúcidas por tanta peli barata. ¡Qué afortunados que somos!


Una semana histórica pues pudimos desempolvar aquella película que resultó ser la gran ganadora de la edición 73 de los Óscar en el año 2000, ‘Gladiador’. Sí, aquella en la que Russell Crowe ‘se sacaba la madre’ con su espada ante los ojos de un emperador, quien tenía la divina facultad de perdonar o condenar a cristianos y luchadores.


Volvió a nosotros como una lección histórica y recordamos cómo un dictador romano preguntaba a la muchedumbre descontrolada si era correcto perdonar a quien en la arena lo dejaba todo. Si la muchachada furibunda levantaba el pañuelo y lo agitaba, el caído se salvaba. El emperador de ojos claros ponía su pulgar hacia arriba. La gente aplaudía, si hubiese existido una falsa democracia participativa, incluso pedirían reelección. Buen largometraje y es mejor aún a la criolla.


Ganó como mejor película. Hubo gran inversión publicitaria, al parecer con el apoyo de un par de hermanos publicistas. Si hasta hubo en la ceremonia final traducciones simultáneas para todo el mundo, pantallas gigantes, gente con la boca abierta en todo lado. Mejor actor, claro, cómo no va a ganar. Si cree lo contrario, mejor busque ayuda en un país amigo y timbre la puerta de su delegación. Mejores efectos visuales. 
Pero, por supuesto. Huevos a los gladiadores, palazos con banderas verdes, hasta se echó mano de otras grandes superproducciones de terror del siglo pasado. Esa, la del muñeco diabólico.


En fin, qué lindo es el cine, pero es mejor aún si cuando vamos a la sala, sabemos leer entrelíneas. Ahí sí que todo adquiere sentido y los mensajes anclan en puerto.