jueves, 22 de septiembre de 2011

'Toy Story'

'Toy Story'




Columna publicada en La Hora el jueves 22 de septiembre de 2011

Querido Papá Noel: Te extrañará que te escriba hoy, 22 de septiembre, pero lo que voy a pedirte te tomará un poquito de tiempo. Lo que pasa es que me he dado cuenta de que cuando sea grande quiero ser como el rey de esta sufridora aldea y, para lograrlo, tienes que ponerte manos a la obra. Que sufra la plata, pero no la honra.

Necesito que en mi Nochebuena me traigas un juez bala que tenga dotes de actor, para que aparente que redacta sentencias. Puede ser a pilas o puede conectarse a nuestra matriz energética. Lo importante es que no falle y que funcione a control remoto, para poder jugar con él desde el Palacio.
Quisiera dos abogaditos de peluche, que sean tan ‘apapachables’ que ni los jueces se puedan abstener de tomarse fotos con ellos, en medio de un abrazo íntimo. Es importante que el programa Chucky Seven no se venda por separado y que contenga un ‘Hombre araña’ que se trepe a los tribunales para sentenciar.
Quiero un rompecabezas judicial a lo guayaco, donde dos fichas armen un hermoso paisaje de 40 millones, donde la honra real pueda correr libre por el bosque. Unos soldaditos de lata, muy importantes para ponerlos a toditos rodeando el rompecabezas, interceptando periodistas y así nadie podrá desordenar el bello panorama. Espera, Papá Noel, no he terminado aún.
Quiero que me entregues 19 medios de comunicación, para que todos mis juguetes se vean súper cuando vengan mis amiguitos venezolanos, cubanitos e iraníes.
Un avión, uno súper chévere y pagado con plata ajena, para usarlo cuando tenga asuntos personales que atender en los juzgados. Ese paquete tiene que venir con carros blindados por la mismísima Tonka.
No vayas a ir a una juguetería cualquiera, busca que todos los regalos sean para niños de entre 40 y 50 años, y que tengan garantía de por lo menos otro período presidencial. Pruébalos antes de comprarlos.
Con todos esos juguetitos, seguro soy el ‘rey del Universo’. Gracias. Ah, por cierto, sobre la chimenea encontrarás un cargo, un bono y un vaso de leche. Seguiré fingiendo ser un niño bueno el próximo año, pero eso queda entre tú y yo.



levivanco@lahora.com.ec

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martes, 20 de septiembre de 2011

‘En Ecuador no ha ocurrido aún nada irreparable, pero el rumbo es malo’





Esta entrevista la realicé por correo electrónico a Miguel Ángel Bastenier, publicada el martes 20 de septiembre en La Hora.


El periodista español Miguel Ángel Bastenier es un viejo conocido de este oficio escrito en castellano. Hoy en día es columnista de diario El País de España y profesor de la Fundación Nuevo Periodismo de Colombia, aquella que es dirigida por Gabriel García Márquez. Su hoja de ruta en esta profesión muestra largas y varias batallas. Con cinco libros a cuestas sobre periodismo y un amplio conocimiento de la idiosincrasia latinoamericana, se permite hablar de libertad de expresión en Ecuador. Desde otras latitudes, responde a las preguntas de La Hora, vía correo electrónico.

Libertad de prensa ¿qué relevancia tiene este concepto para una democracia?
Sin libertad de prensa, que es lo mismo que libertad de expresión, no puede haber democracia. La democracia no se agota con la libertad de expresión, pero sin ella no existe. Si la democracia es el gobierno del pueblo a través de sus representantes libremente elegidos ¿cómo puede el votante saber a quién debe votar si los medios de comunicación y su propia capacidad de actuar e informarse libremente no le permiten formarse una opinión?
En los tiempos contemporáneos no basta con decir libertad de prensa en el sentido clásico del término, sino que hay que añadir ‘libertad de Internet’ o de navegación digital, entendiendo por ello no solamente la versión digital de la prensa, sino la comunicación persona a persona.

Pan o palabras ¿qué es más importante?
Pan, sin duda. Mantener la vida y cuidar su desarrollo con el acceso y consumo de los frutos materiales correspondientes, siempre será lo primero. Pero lo que ocurre es que es antidemocrático presentar esa pareja como una contraposición. Consumimos esos frutos materiales para hacer algo con nuestra vida y ahí es donde entra la libertad de palabra. Sin pan no existimos; sin palabra la existencias pierde toda su capacidad de desarrollo y progreso.
El desempleo es el mayor agente movilizador que (en tiempo de paz) pueda existir, pero con la palabra es como se combate también el desempleo.

¿Qué empuja a un gobierno a coartar esta libertad?
El miedo a la verdad de la crítica.

¿Ese es el caso de Ecuador?
En Ecuador no ha ocurrido todavía nada irreparable, pero el rumbo es malo.
El presidente Correa (Rafael) quiere una transformación profunda de la sociedad en un sentido que yo no dudo que es positivo e incluso idealmente democrático. Pero ha llegado a la conclusión de que fuertes poderes, como la prensa, o institucionales como la judicatura, no le permiten llevar a cabo esa reforma. Pero ese convencimiento no le justifica. La democracia ya está inventada y no hay reformismo por muy bienintencionado que sea, que tenga derecho a recortar libertades aduciendo que éstas dificultan su proyecto. Nadie que esté en su sano juicio ha dicho nunca que la democracia condujera inevitablemente a un estado de plena justicia social. Si el precio para eso es limitar la democracia a mí no me interesa, entre otras cosas porque se empieza por limitar el pluralismo y de ahí no solo no proviene justicia social, sino corrupción.

¿Es en realidad una preocupación internacional?
No, y en general la opinión que discierne se da cuenta de que Correa no es un mandado de Chávez. Pero debería dejarlo más claro.

¿Es un denominador común del eje bolivariano?
Está (Correa) en el eje bolivariano, pero con una cierta libertad de maniobra.

¿Existen otros precedentes cercanos en la historia mundial?
No veo precedentes claros.

¿La censura previa como mecanismo de supervivencia del periodista es una posibilidad?
Censura previa (o a posteriori) jamás. Solo debe existir el ordenamiento jurídico propio de un país democrático. En cuando a la autocensura, en mayor o menor medida todos la practicamos en alguna ocasión. 
 
¿Cómo debe enfrentar un periodista la amenaza de cárcel?
Cada uno sabrá. Pero ningún periodista está obligado a abrazar el martirologio.

¿El exilio es una opción?
Puede serlo, en último extremo.

¿Qué buscan las demandas millonarias en contra de periodistas, si son demandas que un periodista no puede pagar?
Doblegar a la prensa, acallarla, meterle miedo. Pero eso no quiere decir que la prensa esté autorizada a la injuria o a la calumnia sin tener que pagar un precio por ello. El Universo debió haber sido más prudente y el Presidente haber aceptado la oferta de rectificación.

 

Miguel Ángel Bastenier
Hoja de vida

° Director del diario Telexprés.

° Subdirector de El Periódico de
Catalunya.

° Ingresó en El País como subdirector de Información y luego asumió las relaciones internacionales del diario.

° Hoy en día es columnista y editorialista de El País.

° Profesor de la Escuela de Periodismo de El País.

° Participación en libros colectivos, colaborador de Le Monde, Libération, The European, El Espectador de Bogotá y numerosos diarios en América Latina.

° Autor de los libros ‘La guerra de siempre’; ‘Palestina-Israel: La casa de la guerra’, El blanco móvil  y ‘Cómo se escribe un periódico’.

Bienvenido al Ecuador



Columna publicada jueves 15 de septiembre en La Hora 

Bienvenido al Ecuador

Bienvenidos al Ecuador. Disculpe, señor turista, aquí no hablamos inglés, es una lengua imperialista, así que no le podemos entender. Al salir de Migr
ación, tomaremos un taxi que nos cobrará 20 dólares por cada cuadra recorrida hasta el hotel. No reclame, el hombre es bravo, es de los comités barriales de la monarquía y el taxi es pirata.

Que le roben el equipaje es algo típico, aproveche nuestro folclor, pero ojo, no es culpa del Ecuador. Señor turista, su país primermundista ha provocado que la pobreza empuje a esta pobre gente a hacer lo que hace. No llame al policía, está ocupado en cosas más trascendentes, multa a los incautos por el Pico y Placa.
Pero siga no más, bienvenidos al Ecuador, país soberano, isla mundial. Tome fotos, ¡huy! le robaron la cámara. Entonces mejor fotografíe con el corazón, hágase de cuenta que ese fue su aporte al Yasuní.

No, no, no. El hotel no tiene casino, lamentamos que no pueda divertirse con su dinero en esas mesas, voy a tener que retirarle esa baraja que veo que lleva en su cartera. Es mejor que pierda su plata de un solo toque y a nuestro estilo. Ponga un solo pie en el Trolebús y verá cómo le sacan la billetera del bolsillo sin que se dé cuenta, esa es nuestra manera especial de conseguir la divisa. Gracias por apoyar al circulante, no hay vuelto.

Lo sentimos, pero en este país nos hemos dado cuenta de que esas salas de juego son la sede de Satán. Pero si quiere divertirse mientras está en su hotel puede bajar a la sala de convenciones. Hay una imperdible conferencia sobre el buen vivir. Está de película. Incluso veremos un video de nuestro Rey.

¿Toros? No, señor, ya no le hacemos. ¿Quería ver una corrida? No hay chance. Como era una diversión de poquitos y la mayoría era gente de dinero, nos gastamos millonadas para prohibirlo. Así es la vida.

Está entrando la noche, es mejor irse a dormir. ¿Que quieren salir por un trago? Imposible, ya no se vende a estas horas y mañana que es domingo peor. Mejor descansemos hasta el lunes, podremos ir a ver al Rey saludar desde su balcón. Es un espectáculo fenomenal. Próxima parada, Ciudad Alfaro. Seguro no olvidará esta experiencia, coméntelo al mundo.

levivanco@lahora.com.ec
 TWITTER: @luisevivanco

sábado, 10 de septiembre de 2011

Martín Caparrós: ‘Espero que el exilio no vuelva’

Esta es la entrevista que le hice al periodista argentino Martín Caparrós para La Hora. Pasen y lean.



Martín Caparrós: ‘Espero que el exilio no vuelva’


En la habitación del hotel de Quito en la que se hospedó, aún estaban sus cosas sin empacar. Faltaban pocos minutos para presentarse en el aeropuerto y volar a Argentina. En la cafetería se da un tiempo para charlar. La Cámara de Industrias lo invitó a la capital para hablar de la relación gobierno y prensa, una discusión muy de moda por estos parajes.

El escritor y periodista argentino Martín Caparrós pone sobre la mesa del cafetín un ejemplar de ‘El Gran Hermano’, el libro que habla de los contratos del hermano del Presidente. El tiempo para hablar es corto, se queman los minutos.

¿Cómo recuerda los años de 1979 a 1983?
Con cariño y sorpresa, fueron los años en los que decidí tratar de ser un escritor. Me hace gracia recordar la fuerza con la que quería serlo y ahora que se supone que lo soy, me parece algo tan menor.

Vivía en París
A París llegué en el 76 y en el 80 me fui a Madrid.

Un inicio literario en el exilio ¿Qué significa esa palabra?
(Caparrós abandonó su país ante las presiones de la dictadura de Jorge Videla). Es una gran palabra que me resistí a usar, me parecía presuntuosa, pero a la final tuve que aceptar que era el término que describía mi situación. Yo me fui de mi país por mi militancia política y no pude volver por años. De todas maneras, decir exilio es un modo elegante de decir fuga, uno se escapa.

Es una palabra con mucho significado para la historia del periodismo latinoamericano.
Algunos de los grandes pasaron mucho tiempo en el exilio. Pienso en Sarmiento (Domingo Faustino Sarmiento), el mejor escritor argentino del siglo XIX, y pienso en José Martí, el mejor escritor cubano de todos los tiempos. Ellos como tantos otros. Eso da cuenta del peso de esa cuestión en esa época, un peso que no se detuvo ahí. Hace poco era común ver a periodistas latinoamericanos exiliados. Ahora es mucho más infrecuente y espero que lo siga siendo.

En la región hay gobiernos cuya relación con la prensa no es la mejor, entre ellos este ¿Cree que el continente volverá a producir exilios?
Espero que no, pero hay que diferenciar los tipos de exilio. Hoy en día podrían darse los casos de quienes se van porque no consiguen llevar adelante su trabajo en buenas condiciones porque choca con censuras, ataques. Ese es un fenómeno grave, pero no es el caso del que teme por su vida. Ahí hay un salto cualitativo que creo no vamos a dar en los próximos años.

¿Qué lo garantiza?
Tengo confianza en que no sea necesario. Lo curioso de los choques de la prensa con el poder político en algunos países de América Latina es que ese poder político está legitimado, son gobiernos elegidos muchas veces. Hemos pensado que la libertad de expresión formaba parte inesperable de la democracia, pero estamos viendo que gobiernos muy democráticos parecen coartar esa libertad y plantear un modelo distinto. Probablemente ese origen democrático pueda llegar a convencerlos de que no pueden darse el lujo de empezar a producir exilios como en una dictadura.

El concepto de democracia se ha vuelto confuso.
Es verdad, es una discusión delicada, porque es indudable que la razón final de la democracia es los ciudadanos votando.

¿La urna lo justifica todo?
No, pero es muy difícil encontrar la manera de deslegitimar lo que hace un poder con tanta legitimidad. No digo que no haya que hacerlo. No creo que por ser votados se puede hacer cualquier cosa.

¿Si el exilio de hoy no fuese por vidas en peligro, puede ser por libertades en peligro?
Quiero creer que ningún gobierno sería lo suficientemente idiota como para someterse a la reprobación general que despertaría meter preso a un periodista por haber escrito algo, quiero creer que son más inteligentes que eso. Parece que eso no va a suceder, pero soy especialista en equivocarme.

¿Por qué los medios no dejan dormir a los que duermen en los palacios?
Creo que los que viven en los palacios duermen bastante bien y si no duermen será por otras razones. Pero está planteada una pelea con los medios por el control del relato, por la hegemonía sobre lo que se dice. Estos gobiernos tienen un discurso muy distinto de su acción real, un discurso que supone que hay un cambio en la población, pero en la vida real nada de eso sucede y por lo tanto el control del discurso es muy importante para mantener esa ficción.

Es un enemigo que le interesa al poder.
A algunos gobiernos les conviene construir en la prensa un enemigo que les sirve para construir identidad y cohesión interna, para pelear por el control del relato, para hacer que cualquier hecho sea dudoso si es contado por los medios y les sirve porque sería más costoso si el enemigo fuera en serio poderoso. Los medios tienen relativo poder, pero infinitamente menos que las petroleras, por ejemplo.

Entonces, ¿la idea no sería cerrar la prensa independiente?
Me gustaría estar seguro. No lo estoy, porque los poderes son mucho menos racionales de lo que uno cree, se engolosinan y van más allá de lo que conviene. No hay garantía de que quieran mantener esa pelea.

¿Populismo?
Cuando era chico decir populista era un insulto, era sinónimo de demagogo. Ahora, en cambio, se ha transformado en una descripción positiva, se dicen a sí mismos populistas. Me sorprendió este giro y en un punto me entristeció, porque creí que después del fracaso de las políticas neoliberales en los 90 en América Latina, había espacio para movimientos que produjeran cambios interesantes, pero ese espacio fue ocupado por estos populismos personalistas que, a mi gusto, no han producido nada demasiado auspicioso.

¿Son un peligro?
Todo genera riesgo.



Su trayectoria
Periodista y escritor

Novelas
° Ansay o los infortunios de la gloria (1984)
° No velas a tus muertos (1986)
° El tercer cuerpo (1990)
° La noche anterior (1990)
° La Historia (1999)
° Un día en la vida de Dios (2001)
° Valfierno (2004, premio Planeta)
° A quien corresponda (2008)

Premios
° Rey de España 1992
° Beca Guggenheim 1993
° Premio Konex 2004
° Premio Planeta Argentina 2004

Chucky era Flash



 Mi columna del 8 de septiembre de 2011 en La Hora.

Chucky, qué terror. Para colmo, siete veces Chucky. Chucky Seven. El peritaje de El Universo al disco duro del juez Juan Paredes habría revelado que el usuario Chucky Seven redactó la sentencia que condenó al Diario a la conocida y modesta sanción económica a favor de Mashirafael. Sanción que el planeta conoce y que al planeta preocupa.

O sea que no habría sido ‘Flash’ Paredes quien en una noche estudió más de 5.000 hojas,  escribió 156 carillas de sentencia y así decidió el futuro de un periódico, su directivos y su exdirector de opinión. ¿Pero Chucky? Sí, todo parece que una fuerza diabólica de un muñeco hollywoodense ochentero  habría causado tanto revuelo.

La cosa va así para que se entienda: Un Alembert ayuda a Mashirafael a condenar a una bestia salvaje, pero resulta que Flash no fue quien sentenció, sino que fue Chucky. Qué lío de película, qué relajo tan surrealista, qué montos.

Mashirafael escribe en su cuenta de Twitter: “Chucky Seven asambleísta”, aprovechando el nombre de usuario para deslegitimar, a su puro estilo, la denuncia, pero no al estilo Hollywood, sino más bien al de las ‘pelis’ mexicanas de bajo presupuesto.



Pero si Chucky es un usuario, un seudónimo, entonces, ¿por qué es ilegítimo el peritaje? Mashirafael es otro seudónimo, un usuario. Pero ese es altivo y soberano. Más legítimo que él no hay.

Chucky anda suelto y lo primero que se debería hacer es proteger al edificio del triunvirato de la Judicatura, para que este muñeco sin escrúpulos no haga de las suyas con los documentos de la tambaleante justicia. Chucky quiere venganza y el que lo maneja, peor. En la película original, el muñeco es poseído por el asesino Charles Lee Ray, que busca vengar su muerte. En la versión criolla, aún no se sabe el alma de quién estaría manejando a esta marioneta para conseguir sus macabros fines.

Mejor sigamos comiendo canguil mientras se desarrolla este cine nacional, verdadera producción local. Cineastas, víctimas, superhéroes, teníamos todo en esta fanesca del séptimo arte. Solo nos faltaba un muñeco diabólico merodeando juzgados. Qué país. Devuelvan las entradas.